Letra de Matilde Urbach - Javier Krahe
Letra de canci�n de Matilde Urbach de Javier Krahe lyrics
Amor me hiri� de un �ltimo flechazo
que para mi guardaba en su carcaj,
De suerte que fui aquel en cuyo abrazo
desfallec�a, ay, Matilde Urbach.
A�n sue�o con sus p�rpados dormidos,
contra mi cuello a�n siento sus perfil,
a�n en mi alma a�n en mis sentidos
gimen sus ecos, grita el mes de abril.
Y atormentaba los celos al rey
y a�n lo atormentan, pese a su ley.
A�n atormentan los celos al rey.
Su ley dict�, tacho de abominable,
de ir contra �l, uni�n tan desigual,
a ella la acus� de deseable
y a m� me conden� por irreal.
Nos envi� sus fuerzas poderosas
con la consigna de ir a contraamor,
https://www.coveralia.com/letras/matilde-urbach-javier-krahe.php
su orden real -adi�s ramos de rosas,
adi�s canci�n- impuso su rigor.
Y atormentaba los celos al rey
y a�n lo atormentan, pese a su ley.
A�n atormentan los celos al rey.
Matilde Urbach ya es madre de princesas,
yo, en el exilio, soy m�s viejo a�n,
divago por caminos sin promesas
y mi desidia es un lugar com�n.
Hay otra realidad en esta historia:
yo fui aquel, ah, s�, yo fui aquel.
Matilde Urbach lo guarda en su memoria,
lo s� muy bien. Tambi�n lo sabe �l.
Y atormentaba los celos al rey,
y a�n lo atormentan, pese a su ley.
A�n atormentan los celos al rey.
que para mi guardaba en su carcaj,
De suerte que fui aquel en cuyo abrazo
desfallec�a, ay, Matilde Urbach.
A�n sue�o con sus p�rpados dormidos,
contra mi cuello a�n siento sus perfil,
a�n en mi alma a�n en mis sentidos
gimen sus ecos, grita el mes de abril.
Y atormentaba los celos al rey
y a�n lo atormentan, pese a su ley.
A�n atormentan los celos al rey.
Su ley dict�, tacho de abominable,
de ir contra �l, uni�n tan desigual,
a ella la acus� de deseable
y a m� me conden� por irreal.
Nos envi� sus fuerzas poderosas
con la consigna de ir a contraamor,
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su orden real -adi�s ramos de rosas,
adi�s canci�n- impuso su rigor.
Y atormentaba los celos al rey
y a�n lo atormentan, pese a su ley.
A�n atormentan los celos al rey.
Matilde Urbach ya es madre de princesas,
yo, en el exilio, soy m�s viejo a�n,
divago por caminos sin promesas
y mi desidia es un lugar com�n.
Hay otra realidad en esta historia:
yo fui aquel, ah, s�, yo fui aquel.
Matilde Urbach lo guarda en su memoria,
lo s� muy bien. Tambi�n lo sabe �l.
Y atormentaba los celos al rey,
y a�n lo atormentan, pese a su ley.
A�n atormentan los celos al rey.