Primero, durante un juego de pelota, cuando las cosas no salen al gusto de Ani Vainilla, ésta decide coger la pelota e irse a casa. Tarta de Fresa y Compotita reaccionan rápidamente y demuestran a Ani Vainilla que lo divertido de los juegos… ¡es precisamente divertirse!
Después, Burbuja de Menta está tan decidida a ganar los juegos “casi anuales” de El Mundo Silvestre, ¡que hace trampa!
Pero cuando Compotita le gana en una carrera, Burbuja de Menta aprende la lección: lo importante no es ganar o perder, ¡Sino cómo se juega!
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