Era de noche. Sonó un trueno y Martín entro en el apartamento de una joven y, tras dormirla con un somnífero, se bebió su sangre.
Un vecino, Tata Cula, sospecha que Martin es un vampiro porque proviene de una familia maldita y promete destruirlo si hubiera un nuevo crimen. Martin no puede renunciar y continúa sus asesinatos. Su siguiente víctima había de ser la señora Santini de quien se enamora, perdiendo casi por completo su instinto homicida. La señora Santini aparece muerta y Tata decide llevar a cabo su promesa.
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