Los padres terribles:
En una familia burguesa en donde todo parece estar en su justo lugar, un hecho hasta entonces inédito -el hijo de veinte años que por primera vez duerme fuera de su casa- rompe todo ese precario equilibrio familiar desencadenando la acción dramática y dejando al desnudo lo difíciles que son las relaciones humanas, sobre todo las familiares. Así comienza Los padres terribles: con esa madre obsesionada por ese hijo (a punto tal de convocar a la figura del incesto) totalmente desequilibrada y consumiendo insulina. Y continúa -dramáticamente- con una serie de enredos a modo de vodevil.
Los chicos terribles:
En una pelea de nieve en la escuela, Paul recibe un bolazo del joven que le tiene fascinado. Obligado a permanecer en cama, su hermana Elisabeth será la principal responsable de cuidarle. Con ella mantiene una relación muy estrecha: comparten habitación, tienen juegos secretos y el único al que permiten entrar de vez en cuando en su círculo es a Gerard, un amigo de Paul. Un día, Elisabeth trae a casa a Agathe, una joven que se parece extraordinariamente al objeto del deseo de Paul en la escuela. Ambos se sienten atraídos e inician una relación que provoca los celos de Elisabeth hasta llevarles a un final tan trágico como inesperado.
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