Mr. Harvey tenía 48 años y era el dueño absoluto de doce casinos.
Cuando decidió vengarse de Larry Elliot, lo planeó todo como si se tratara de una operación bélica. Hacía dos años que le vigilaba. No le fue difícil convencer a las cuatro últimas amantes de Larry para que fueran a pasar una temporada a su mansión y le proporcionaran una serie de datos acerca de los gustos íntimo de Larry.
A partir de ahí empezó a buscar una mujer que tuviera esas cualidades. Entre miles eligió a una joven llamada María, que nunca había mantenido relaciones íntimas con un hombre y actuaba como artista de variedades en el Molino Rojo, un music-hall de tercera categoría.
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