En el Museo de Ciencias Naturales se exhibe uno de los tres ejemplares de celacanto que han sido pescados en el mundo. Julia va a visitarlo con frecuencia. En realidad fue ella quien lo encontró, aunque más de uno quiere apuntarse el éxito. Julia vivía en un pueblecito junto al mar; era la secretaria de don Eulogio, el dueño de la fábrica. Don Eulogio pretendía construir un secadero en la playa y las autoridades no terminaban de concederle el permiso. Y pidió ayuda a Aparicio, un simpático periodista, para que le organizara una buena campaña de prensa. Fue entonces cuando el pez entró en la historia.
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