El 2 de diciembre de 1805 tuvo lugar la batalla de Austerlitz, también conocida como “de los tres emperadores”, entre las fuerzas de Napoleón y las de una coalición formada por Gran Bretaña y los imperios austriaco y ruso. A pesar de la superioridad numérica aliada, Napoleón consiguió en Austerlitz una victoria total que reveló al mundo su genio militar. Esta batalla, que se luchó en el momento y lugar por él escogidos, representa una muestra impresionante del arte de convertir una aparente defensa en un devastador ataque. Tras Austerlitz, Napoleón se convirtió en el amo de Europa, y la “Grande Armée” napoleónica se ganó la reputación de ser la fuerza militar más efectiva de su época.
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