Dos tipos se han ido de juerguecilla a México asegurando a sus esposas que salían a pescar. En mala hora, pues les va a tomar como rehenes un prófugo de la justicia, que ha tomado la costumbre de hacer autostop en su huida; mientras quien le conduce le es útil, conserva la vida, pero en cuanto sospecha que la policía está tras su pista, liquida a su víctima y vuelve a ejercer de autostopista. La trama discurre entre la tensa relación del secuestrador con sus rehenes, y la colaboración de la policía estadounidense y mexicana, gracias a la cual se va estrechando el cerco sobre el fugitivo.
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