Esta es una de las obras más significativas emitidas por Televisión Española, en el espacio Estudio 1, a lo largo de toda su historia, como también se puede decir que es una de las mejores adaptaciones que se han hecho de la obra de Reginald Rose, sin tener nada que envidiar a la realizada en Estados Unidos en 1954 e interpretada por Henry Fonda en el papel que aquí interpretó José María Rodero.
La obra comienza cuando los doce hombres que componen un jurado entran en la sala de deliberaciones, ya que deben acordar el veredicto para un joven de dieciocho años acusado de asesinato de su padre con una navaja. Todos, menos uno, consideran que es culpable, lo que lo llevaría a la silla eléctrica sin posibilidad de apelación. Pero el juez les advierte de que el fallo tiene que ser unánime. La única persona del jurado que cree en la presunción de inocencia del joven, José María Rodero, va desmontando una a una todas las certezas acusatorias establecidas por el fiscal y que sus compañeros de tribunal no se atreven a cuestionar.
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