Hija y esposa de reyes, Hatshepsut quiso ser rey, no una reina, y lo consiguió. Apartó de su camino a su sobrino con derecho al trono, Tuthmoses III, y durante 22 años gobernó como rey del Alto y Bajo Egipto. Llevaba una falsa barba, símbolo de autoridad de los faraones tal como se muestra en sus estátuas. Hatshepsut envió una expedición comercial a la tierra de Punt. Las paredes de su templo mortuorio muestran barcos zarpando en el Mar Rojo para la gran aventura y volviendo después cargados con marfil, jirafas, monos (Hatshepsut estableció el primer zoológico de la historia), árboles de mirra con sus raíces cuidadosamente protegidas en cestos.
Casi con seguridad mantuvo un romance de más de 20 años con un coronel, Senenmut, a quien concedió más de 20 títulos, incluyendo el de arquitecto real, que le permitió diseñar el templo de Hatshepsut y construir su propia tumba muy cerca, con el fin de poder estar junto a su amada para la eternidad.
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