Cuando oscurece en el hemisferio occidental ya es de día en el otro extremo del mundo y el sol se alza de nuevo sobre una isla olvidada por el tiempo: Australia, un continente único que no se parece a ningún otro lugar de la tierra. Desde la delicada belleza de la gran barrera de coral a los ásperos territorios del interior, es un país de contrastes y contradicciones.
Su historia no tiene parangón en la antigüedad. Una historia tan larga como el aislamiento al que le somete el implacable mar y que da lugar a una tierra que se ha forjado su propio destino.
Un continente asolado, único por su biología, su paisaje y sus gentes, que da lugar a una tierra de matices y contrastes, la llamada Australia Extrema.
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