Si algo sabe ofrecer el Atleti a sus aficionados son emociones. El Atlético es capaz de conseguir las mejores gestas, como la Copa Intercontinental del 75 o "el doblete" de Liga y Copa en el 96, y al mismo tiempo pasar por los peores sinsabores, como perder en los últimos minutos la Copa de Europa del 74.
La verdadera fuerza del club es, sin duda alguna, su afición, que sabe demostrar su lealtad incodicional hacia su equipo.
Ser atlético es un sentimiento profundo que no se cambia por nada.
Un documento histórico. Un recuerdo innolvidable.
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