Al ver un autobús escolar amarillo, grande y brillante, la pandilla empieza a soñar con el Sueño escolar y todos se preparan jugando a llevar cosas y hablar de ellas, practicando simulacros de incendio y montando en su propio autobús escolar imaginario. La Abuelita pone a Baby Bugs al frente cuando ella se va a su habitación y el sabio conejito debe resolver el misterio de unos ruidos espeluznantes en Terror nocturno. Baby Silvestre se distrae mientras juega al escondite y se come un tarro entero de galletas. Cuando se lo confiesa a sus amigos, estos se inventan una historia sobre El monstruo de las galletas. Después de todo eso, empieza el aburrimiento hasta que la Abuelita salva el día con una gigantesca Caja de cartón... y a partir de ahí, la imaginación de los preescolares empieza a volar.
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