Es una obra apolítica. O sea, de derechas.
Es una obra oportunista. Pero ¿cómo íbamos a desaprovechar esta oportunidad?
Aquella tarde de Septiembre, reunieron a los mejores. ¡Y en el Escorial!
Es un pálido reflejo de aquel gran espectáculo. Porque aquello sí que fue un espectáculo.
Es un ejercicio de rencor: Porque no fuimos invitados. Es una obra que recoge el rencor de todos los que no fuimos invitados. Es una obra que recoge el rencor de los segundones, de los fracados, de los envidiososñ.
Es teatro cotilla. Pone en escena lo que España no pudo ver. Y lo que no pudo oír.
Es un homenaje a ese gran hombre. Porque, muy pronto, al día siguiente de que abandone el poder, incluso entre los que hoy le vitorean habrá quienes vuelvan a decir sobre él lo que antes murmuraban, que si es un tipo mediocre, que que sino valdría ni para alcalde de Madrid.. Esa obra quiere hacer justicia al hombre de Estado, al eropeísta clarividente y, sobre todo, al fino intelectual.
A ese ser complejo (político y poético) que con la misma mano glosa a Luis Cernuda que firma la Ley de Extranjería.
Y es, sobre todo, una historia de amor: Juan Mayorga
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